Los niños baten palmas
A espaldas
de sus madres
Que lloran
desconsoladas…
Todo es pura
agonía
Que devuelve
el eco
De las
montañas danzantes…
Grita el
ángel sin alas
Encadenado a
la roca
Con total
desesperanza…
Grita el mar
que no cede
Abierto de
par en par
Por el fuego
de la traición…
La niña, no
tan niña,
Abjura de su
inocencia
Y se levanta
de la tumba…
Que suenen
las zambombas,
Que bailen
los elefantes,
Que el sol
salga para todos…
El padre
herido y roto
Se revuelve en
la cama
Sollozando
como el primer día...