Crepitar de viejos látigos
Resuenan entre las paredes.
Esperanzas llenas de espinas
se desperezan entre brasas.
Las palabras son como dardos
puntiagudas y al rojo vivo.
La vida se hace encrucijada
cruz de destinos y desvaríos.
Ensartado en un final triste
con la lanza: NO HAY LAMENTOS...